quarta-feira, 27 de junho de 2018

¿Qué significa “salero” en español?



Hace algunos años –quizá deba decir algunas décadas–, circulaba en Uruguay un ingenioso anuncio televisivo en el que un hombre, que estaba en un bar y notaba la falta de sal en la mesa, le preguntaba al camarero (garçom), al mozo  –en “uruguayo”–, si tenía salero. Este, muy sorprendido –casi ofendido–, le replicaba: “¿Que si tengo salero?”. Entonces se quitaba su chaqueta blanca de mozo, debajo de la que se escondía una despampanante blusa roja de gitano, de flamenco, y se ponía a bailar con mucho “salero”. Desde luego, era un mozo muy saleroso.
   La anécdota (“o caso”) nos sirve para explicar qué es el salero y también para demostrar que, si bien el término es oriundo de España –y define uno de los rasgos más característicos del pueblo español–, se conoce bien en otros países de habla hispana e incluso ha correspondido en parte a un país hispanoamericano, México, difundir el término a través de la famosa canción “Malagueña (mujer de Málaga, Andalucía) salerosa”.
Sara Montiel, una de las españolas más salerosas de todos los tiempos

   Antes de definir “salero”, digamos que en español tanto el sustantivo “sal” como el adjetivo “salado, a” (salgado), además de emplearse en sus sentidos bien conocidos, se usan para referirse a alguien que tiene ingenio, gracia, viveza, “chispa” (en este sentido se emplea “sal” también en portugués: “Fulano é uma pessoa sem sal”). Salado en español es alguien “gracioso, agudo y chistoso”, de acuerdo con el DLE (Diccionario de la Lengua Española). Una persona atractiva, que divierte, que llama la atención. Es lo contrario de alguien “soso”, es decir, literalmente “sin sal”, que carece de gracia.
   La palabra “salero”, que evidentemente también viene de “sal”, está íntimamente ligada a estos sentidos de “sal” y “salado”. Y, además, como ocurre con la palabra “saudade”, que se ha incorporado al léxico de la lengua española, el término “salero” también forma parte del léxico portugués y está, por tanto, en los diccionarios de lengua portuguesa. 

  
   Según el DLE, “salero” es un sustantivo masculino que significa “gracia, donaire”. Entonces quizá se pregunten qué es “donaire”, palabra que existe tanto en portugués como en español y que comparte en ambas lenguas al menos uno de sus sentidos. Una persona que tiene gracia en la forma de andar, de hablar, de comportarse; que tiene gallardía, garbo, gentileza, viveza es alguien con donaire; alguien que, de acuerdo con la etimología de donaire (de “donare”), “dona”, “da”, "despide" gracia, brillo y chispa. También, según el DLE, “donaire” significa “chiste (piada) o dicho (dito) gracioso y agudo”.
   Generalmente el salero se asocia con los andaluces, pues estos tienen fama de ser muy divertidos, vivaces, chispeantes, graciosos; son gente que deslumbra por su donaire. Sin duda, el andaluz es un pueblo muy animado. Los andaluces son amantes del cante, de la danza y de la poesía. De ahí que el salero también se asocie con el flamenco, ese arte de raíces tan hondas y tan sugestivas. Y, por antonomasia, con la mujer andaluza, con su gracia y encanto femeninos. A esta asociación ha contribuido también la canción mexicana que citábamos antes. Pero el salero está aquí y allá en el mundo hispánico, desperdigando sus graciosos cristales en otras regiones de España e incluso fuera de ella.


   En fin, según el contexto, "salero" podrá traducirse al portugués por “graça, donaire, garbo, vivacidade, encanto, etc.”, o bien se podrá optar por “salero”, palabra que, como decíamos, existe en la lengua portuguesa (así, sin diptongo...).
   ¡Pues nada, que no nos falte la sal ni alguna dosis de salero! ¡Hasta la próxima!

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